Los Archidruidas

El concilio de otoño

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Los líderes de orden druídica1 se encontraban reunidos en un claro del sagrado bosque del Grove de Ehlonna. Los menhires tallados con runas antiguas brillaban suavemente bajo la luz de la luna. Xelexia, Archidruida de la Jungla del Este, terminaba de explicar la delicada situación al Concilio2. “Es un grave problema" dijo despues de una pausa " Apenas tenemos tiempo para preparar nuestras defensas y sin embargo creo que no lo lograremos a tiempo”

Adamok estaba cansado, y el peso de la decisión que se cernía sobre él lo hacía sentir aún más viejo de lo que realmente era. Con la mirada fija en la fogata que les daba calor en la fría noche de otoño empezó a hablar pesadamente. “Nuestros hermanos del norte necesitan de nuestro apoyo también pero dividir nuestras fuerzas para lograr ambas tareas se hace imposible”

“¿Que propones que hagamos entonces, padre?” La melodiosa voz de Lynn logró que la mirada de Adamok se apartase del fuego por un momento para poder contemplar el hermoso rostro de aquella niña a la que había criado como si fuese su propia hija.

“He tomado una decisión. Ha llegado la hora de elegir al que será el próximo Gran Druida3 de Mirnari”

Qantaka, Archidruida de los Bosques del Oeste se puso de pie de manera violenta y con cólera en los ojos recriminó al Gran Druida. “¡No puedes tomar una decisión así para escapar de tus responsabilidades, Adamok!” A pesar de su pequeño tamaño se podía notar lo grande del poder de la halfling. “Elegir4 un nuevo Gran Druida en este momento solo hace que el nuevo líder tenga que hacer los preparativos para nuestra defensa. Además, los rituales toman tiempo y preparación. Si comenzásemos esta noche, no tendríamos un nuevo Gran Druida sino hasta después del solsticio de invierno, ¡y eso es demasiado tarde!”

Adamok no se vio afectado en lo más mínimo por las palabras de Qantaka. Fue la mano bondadosa de Gendival, Archidruida de las Eternas Nieves de la Isla del Hielo5 la que calmó el ímpetu de la pequeña Archidruida.

“Entiendo tu ira, Qantaka. Pero debo decirte que tus emociones se han apoderado de ti antes de saber toda la verdad” La voz de Adamok era mucho más firme y severa. “Los preparativos empezaron en el solsticio de verano, justo después de la recolección de la primera cosecha. Gendival me ha ayudado con los rituales y todo está listo para la transición durante el equinoccio de otoño.”

“P..p… pero ¿como?” En el rostro de Lynn solo había confusión y miedo.

“Mi decisión ha sido tomada y la he consultado con la Madre. Ella apoya mi decisión”

“Y ¿cuando lo sabremos?” preguntó la pequeña Qantaka

“Todo a su debido momento, mi pequeña liebre. Primero quiero dar mis últimas órdenes como Gran Druida” Y con voz cálida y pausada se dirigió a Lynn “Ven, hija mía. Tu serás quien llevará mis noticias por este mundo”

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