Lady Allevrah

Oración por las almas ajenas

allevrah

La paladina sintió el cariñoso roce del unicornio en su brazo mientras terminaba de ponerse la armadura. Lady Allevrah, sagrada guerrera de Corellon Larethian1 y caballera de la Orden del Corazón de Plata2, se volvió para acariciar a su montura. Su misión había terminado y tenía como trofeo de su victoria la serpentina daga ritual que había tomado del cuerpo sin vida del sacerdote de Nerull3, la cual estaba hermosamente labrada y tenía una sombría calavera tallada en su pomo.

“No quiero ni imaginar cuantas vidas inocentes ha tomado esta pequeña daga. Nymbrixian hizo bien en enviarme a este lugar. Ahora la gente de Haagsteg4 podrá dormir tranquila”

Aun se encontraba algo perturbada por la escena que tuvo que presenciar. Decenas de personas habían sido secuestradas y asesinadas en perversos rituales para luego ser reanimados usando las oscuras artes de la necromancia. El altar en el cual se llevaban a cabo estas atrocidades estaba teñido de rojo por la sangre de las víctimas de un hombre atroz.

Allevrah elevó una plegaria a Corellon para que velase por las almas de los elfos que habían sufrido tan trágico fin y le pidió que intercediera ante los otros dioses por las almas de aquellos humanos, gnomos y halflings que ahora podían descansar en paz.5

“Es hora de irnos, Raermus6. Todavía queda mucho por hacer y Nymbus nos está esperando”

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